domingo, 6 de diciembre de 2015


CANCIÓN DEL VIENTRE IDO

Es hora de olvidar el hielo del beso inerte;
recorrer las orillas de esta tempestad repentina;
de recoger los miedos, para echarlos al tiempo,
cortando la entrada al inmenso dolor que hoy duele,
                                                         que hoy siento.
Desterrar el gemir del alma, y no palidecer
ante el manotazo aleve de la angustia infinita;
del terrible partir de esos mimos que se envuelven
en una alfombra de llanto, de filosos lamentos.
Perennes latigazos son los que hieren los días...
desvelando las noches, si  huyen  los deseos.
Al menos quiero verte con la calidez de tus manos,
entre las mías y apretarlas fuerte...así quiero,
pero, es cristal molido, la otrora miel de las tardes.
La voz  ausente, se adhiere al tímpano de los infantiles sueños;
la realidad, como lanza de grito eterno, insiste en decir
que te haz ido...y es cuando mas se te siente presente;
con esas manos de aire, imposibilitando caricias.
Hoy que dicen  no te tengo es cuando mas te siento mía
pues, ante cualquier regazo, me inclino reverente y ausento rebeldías.
Como si existieras al encontrarme dormido entre la figurativa suerte
de tus brazos, como tantas veces, como siempre.
Porque el amor no muere cuando involucra seno, cuando involucra vientre.

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