GEMIDOS, EN DO SOSTENIDO
Rasga cada acorde posible
en tus cuerdas moribundas.
Aludeme en un tono
que esas voces tímidas,
ya no alcancen...piensa en
atonales desafíos;
descalza mi pentagrama de besos.
¡Soy una armónica en tu boca de viento;
tócame la tonada que sabes;
adormece tus labios con el do sostenido
de mis gemidos!
¡Que la música se acabará,
cuando tu no estés conmigo!
¡Pero, mientras, hazme violín
entre tus brazos;
sácame nota tras nota;
bebete mis melodías
embriagantes,
que la noche huele a canción...
y a susurros desquiciantes!
Entumecete sobre mis cuerdas
has que vibre mi sol anhelante;
sin calderones silentes,
desapasionados, cortantes...
¡Regalame un solo de flauta,
ahora que la luna
te inspira severa, galante!
Ahí vienen las musas, en un carruaje
de corcheas y semi fusas;
afiname, que la serenata es larga
y no quiero que me dejes
en medio de la sonata:
inacabada, inconclusa.
El concierto llegará a su fin,
al deshacerse,
entre pianisimos acordes,
mis anhelos desafiantes;
morirá entre oníricos arpegios,
sin sentido, delirantes...
y el silencio, ya se hará dueño de la noche:
como ahora...como antes.
Autor Marino Santana
2015
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