Me voy, una vez mas, dormido
entre nubes de espanto,
oscura la mirada;
perdida la sonrisa de pájaro sin plumas;
como un relámpago
entre el oleaje de una mar insatisfecha de ternura,
sin equipajes.
Descalzo, como mis sueños;
desnudo como mi canto.

Me voy entre los aromas del tiempo,
erizada la espalda:
despreciado puerco montaras
que despierta los montes;
que destrona orgullos de nieve y lodo.
¿Que dirán, de mi, las sombras?
¿Que pensaran las orillas al ver mis pies
de plomo?
Mis ramas deshojadas,
abrazando la brisa desangrada.
Me voy,  mi cuerpo entre  raíces y tierra;
coito universal de los campos...y los cielos.
Me voy, pero me quedo...
Nadie pudo enterrar sus dientes
entre mis carnes cristalinas...
 ni en mi vida de luna enamorada.
Me voy y me quedo pues, soy todo... soy nada.