domingo, 13 de septiembre de 2015

LOS OJOS DEL BATEY

Me adentro en sus ojos,
de inexistencia llenos;
opacidad desmembrada sobre
el horizonte de sus pupilas;
lago seco de lágrimas,
por la sequía de alas
que arropa sus viseras.
En mis mundos ancestrales:
La polvareda  remueve,
con su aliento helado,
la paja en el ojo ajeno.
Se perpetúan, en soledades truncas,
las chispas que dieron inicio
a la era del fuego nuevo;
cada costado predica,
con diferente voz, sus razones
en la quema del ocaso.

Traspasadas, las nubes,
mueren una vez mas,
entre los dedos
de sus manos de luna.
¿Por qué espanto estoy aquí?
Y,  aunque el horizonte esta lleno de bocas,
no le responde ninguna.

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