NACIMIENTO EN EL OCASO
Al nacer en tus besos,
descubrí un manantial de lunas,
de amapolas y espumas;
de cerezas y esmeraldas
brillantes como ningunas.
Al punto, aromáticas ansias
me devolvieron al sueño cromático
de un atardecer macorisano.
En donde despertaron tus ojos,
y se estrenaron mis manos.
Crecí al amparo de una fuente matriz
que alimentó cada segundo de mi goce
de mis senderos impasibles
de mi columna inigualable
de mi amor inconmovible
y de caricias incontables.
Hasta que el desmedido amor
cansado de tiempo
calló aquel manantial y todo se hizo silencio
en vez de el rumor de sus alegres lunas
solo se escucha el llanto de un tormento.
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