martes, 17 de marzo de 2015

                                                     ◄EL REY Y LAS ESPINAS►

En la antigüedad, había un pueblo en donde sin que nadie supiera por que, no existían las flores.
Su monarca, preocupado por la fealdad del entorno; estaba resuelto a conjurar aquella situación. Para lo cual comisionó a uno de sus más fieles y eficientes cortesanos.

-Recorre el mundo y recolecta diversas semillas, para que luego,las sembremos aquí y ver si nos convertimos en el reino más hermoso de éste continente.-Le dijo el rey.-

El comisionado, comenzó a investigar y a recorrer el globo terráqueo, hasta hallar el lugar perfecto para la recolección encomendada. Aquel era considerado el lugar más hermoso de todo el hemisferio.Por lo que al venderle las semillas y éste confesar las intenciones de su amo; cuando preguntaba por las características de las semillas, quienes las vendían ;temerosos de ser desplazados del primer lugar en hermosura,describieron el rosal como un feo arbusto que solo echaba temibles espinas. Hiriendo dolorosamente a quien se atreviera
 a tocarlas. Aun asi, aquel enviado, decidió llevar aunque sea un paquetito de ellas, por si al soberano ,llegado el tiempo,le podían intensar éste tipo de arbustos.

Luego de empacar con todo cuidado aquel tesoro encomendado por su jefe, retornó a su patria; lleno de alegria por haber cumplido los requerimientos de él y que harían de su país,un lugar distinto, por su belleza.

-¿Que me trajiste?- dijo el rey-

-Le traje, su majestad, semillas de las más hermosas flores y arboles ornamentales de todo el mundo.

-¡Que bien!- gritó el rey sin ocultar su emoción.-

-¿Y esas que quedan ahí? -preguntó el  inteligente soberano-
-Pertenecen ha un árbol que, echa unas peligrosas espinas y hieren, dolorosamente a quien las toca.Las traje por si acaso le interesa como para alejar intrusos de alguna área del patio.

Entonces el rey tomo rápidamente aquellas semillas y las lanzó fuera exclamando:

-¡Las tales no me interesan!

Pasó el tiempo y en el lugar, en donde el rey había tirado las semillas,comenzaron a crecer un lindo grupo de pequeños arboles que, ya adultos,dejaron brotar las más hermosas de las flores. Mucho más bellas que cualquier otra de las traídas por el emisario.

Sorprendido, el amo, inquirió acerca de aquel arbusto, negándose a creer que se tratase del descrito por su cortesano,aquel día.

-¡Pero si son las más bellas! ¿por que no me hablaste de sus flores?

-Bueno señor, a mi tan solo me hablaron de sus espinas-Dijo apenado el fiel súbdito-

He ahí la moraleja: jamás tomemos como verdad absoluta el comentario de la gente maliciosas. Investiguemos, vallamos a la fuente, muchas veces,vale la pena arriesgarse pues, son más y mejores  los beneficios,que cualquier pequeño sacrificio.



Marino Santana
  Autor





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