sábado, 2 de mayo de 2015


EL MUCHACHO Y LOS COCOS

Un joven se quejaba amargamente del esforzado trabajo al que lo sometía la vida. Tanto le dolía que no hablaba de otra cosa que no fuera acerca de su desgraciada suerte, en pos de la obtención del progreso. Un día en que diò comienzo a su acostumbrada cantaleta, un viejo muy sabio,que solía escucharlo le convidó al patio y le dijo:
-¿Te gustaría que nos bebiéramos algunos cocos, ya que el calor. nos agobia?
-Es una excelente idea- dijo el muchacho.-
Asi que prepararon una pesada escalera. Y subiéndose hasta lo alto del cocotero, empezaron a lanzar  algunos. Ya satisfechos con la cantidad,entonces bajaron y tomaron varios que suponían, con gran cantidad de agua. Con un filoso machete, los despojaron de la dura cascara en pos del suculento interior. Finalmente se sentaron, cansados y sudorosos; y se dieron al festín. Era ostensible la cara de satisfacción de ambos, ante los refrescante y dulce de aquel delicioso liquido. Luego tomaron con gusto la masa suave y lechosa que sació de inmediato el hambre que ambos tenían.
Ya tranquilos y satisfechos, el viejo preguntó:
-¿ Te has sentido a gusto con los resultados de nuestra faena?
¡claro maestro, los cocos estuvieron riquísimos!
Asi es la vida,querido amigo, las cosas buenas que podemos obtener  de ella, necesitan primero un arduo trabajo para conseguirlas.
Si somos todo lo diligentes que necesitamos, después vendrán: la satisfacción y la saciedad.

Tras aquel día, no se recuerda de una nueva queja por parte del muchacho. Al parecer, aprendió la leccion...
¿Usted que cree?

Marino.

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