jueves, 9 de abril de 2015

                                               LA BOTELLA EN EL ESTANTE

En una ocasion, un señor muy humilde, pero conversador y hospitalario como nadie; nos invitó a su casa para disfrutar con él, de un suculento café. Con profundo agrado aceptamos aquella generosa invitación. Seguros de que nos sentiríamos de lo mejor, junto a su bella persona.
Era una linda tarde de junio. Y el sol obligaba, con su calidez, a buscar refugio bajo las frondosas ramas de los arboles del  patio....De repente, una leve llovizna, nos obligó a penetrar a su sencilla vivienda; ya dentro, no pude obviar la presencia de una botella de protos gran reserva del 1985 que, como de seguro saben todos ustedes, es elaborado con las famosas uvas tempranillo, que tan valoradas son por los amantes de la cultura vinicola en todo el mundo.
No puedo negar que sentí cierta curiosidad y  quise indagar acerca de la procedencia de aquella valiosa "joya" embotellada. Asi que tan solo le pregunté por ella.
-No ombe mi hijo- me contestó con rapidez,mi amigo- eso fueron dos botellas que me regaló una amigo en el hotel y cuando la probamos a nadie aquí nos gustó,asi que la otra se ha quedado ahí, cogiendo polvo.
-Mi don -le dije yo- ¿sabia usted que, una botella de esas,cuesta alrededor de $ R.D 12,000.00.
-¡No, hijo mio!- me contestó él, sin disimular su sorpresa- ¡Oigan señores, cuanto dice el amigo que cuesta la botella que me regaló el francés -Gritó a su mujer que nos preparaba el café en la cocina.

La noticia provocó una gran algarabía en aquella familia que, por meses, relegó a un rincón del desvencijado estante, a aquella costosa bebida; ignorando que, con ella tenían en su poder, una pequeña fortuna.

Asi la vida,algunas veces, un dato desconocido,cambia todo el panorama en torno a las cosas.

Marino Santana
el autor, no es ni periodista
ni escritor.

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