martes, 28 de abril de 2015

LA FERIA DEL LIBRO Y UNA VOZ QUE TE PONE CLARO.


En la tarde de hoy  martes 28 del mes en curso; decidí darme una vueltecita por la feria internacional del libro. Dedicada, ésta vez, con sobrada justicia, al insigne poeta, novelista, ensayista, músico y critico de arte; al gran montecristeño: Don Manuel Rueda, in memorian. Y teniendo como país invitado a la hermana república del peru.
De entrada, nos topamos con un equipo de la televisora CDN, quienes transmitían, en vivo, las incidencias del magno evento. Y, no era para menos, pues ésto es un gran acontecimiento. Es una bella fiesta para la lectura ,el amor a los libros, a quienes los escriben, para quienes lo venden...y para la cultura en sentido general.
Pero no estábamos allí para ver el noticiero,asi que continuamos nuestro camino. tal vez por ser un día laboral no había el gentío que yo esperaba encontrarme. Vi las diferentes casetas que lucían tristemente despobladas. Mas,de pronto avisté un stand atestado de mozalbetes que entusiasmados acosaban a los vendedores del local. Veía, a la distancia, sus caritas relucientes suplicando le atendieran y ese hecho me devolvió la confianza. Dije,para mis adentros, que no todo estaba perdido. Me dirigí presuroso en dirección de aquel remanso de amor por la buena lectura.Y ya próximo, comencé por sonreirle a los primeros con los que me topaba. Casi estuve a punto de soltar un grito de jubilo (so pena de que me tildaran de loco o quien sabe de que cosa mas). Pero, que más daba; aquel espectáculo dejaba mi alma de aprendiz de escritor envuelta en un alo de luz fulgurante y festivo. Mis ánimos encendidos, buscaban anhelantes, una respuesta lógica que justificara aquel inusual entusiasmo por los libros por este estudiantado . ¿seria por la poesía, el cuento o la novelas cortas de Juan Bosch o Garcia Marquez? Ya que por su edad, a lo mejor aun no sentían tal predilección por otros genero literarios. De cualquier manera, un servidor  estaba regocijado ante tal escena. Se desbordaba el entusiasmo a través de mis ojos bañados en lagrimas...cuando de pronto, una voz, dulce, quieta; casi divina en su pregonar,  me devolvió, de un sopetón, a la más terrible de mis realidades, cuando dijo desde el interior de aquel kiosco ; casi sin pensarlo: ¡Mata tiempo a diez pesos ,lleve su mata tiempo!¡Tenemos de Diego y de Dora. Lleve su mata tiempo, a solo diez pesos!

Marino santana

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