sábado, 17 de octubre de 2015

 DESINTERÉS                                                                

A mi, que no me interesa verte,
se me han clavado tus ojos en las sienes;
tu perenne imagen, tatuada en mis deseos,
me regresa al primer paso del camino;
el que se hacia tan corto,
cuando lo andaba contigo.

A mi, que no me interesa verte,
resucitandote voy, de entre
las sombras del olvido.

Cuando se calcinen las gotas de tu amor
en mi memoria; y el fuego votivo,
de mis ganas, se haya ido,
correré por las montañas,
como el alma de un siervo herido.

Solo, buscando en la espesura de la noche,
la tenue luz que emana la risa
del niño que no ha nacido.

A mi, que no me interesa verte,
el corazón me obliga a buscarte,
desprendido de mis pupilas aceradas;
adherido a mis sueños...
sabiendo que me torturan tus días
en la testa enamorada...
aun así, quisiera ser el dueño
del dolor que da tu grito;
en esta farsa de cielo,
en este infierno maldito.

A mi, que  no me interesa verte,
y te veo atada a mis pensamientos,
hecha sueños en mis entrañas,
en mis recuerdos hecha olvido,
o hecha todo en la nada,
de mis ojos ya dormidos.


Marino Santana





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