martes, 3 de febrero de 2015

El anti-haitianismo indiscriminado es una de las necedades más justificadas que existen. Y decimos justificadas porque, luego de tantos y tantos eventos históricos matizados por el enfrentamiento,bien se justifica cierto resabio. Mas, luego de que un individuo traspasa el umbral de la ignorancia se supone que comienza a entender que los procesos históricos quedaron en el pasado y que, es necesario,para un relación productiva entre ambas naciones, que se establezca una normativa fronteriza que garantice el mayor respeto para los intereses  de las dos  naciones.
Esto no quiere decir que se justifique la entrada masiva de nacionales haitianos  a nuestro territorio poblando con su ilegalidad los espacios en se que desenvuelve la pobreza de nuestros amado pueblo.Desde luego que no;pero tampoco es practico fomentar un odio entre nos,con la sola intención de obtener beneficios propios lo que si se hace necesario es una efectiva regulación de la entrada y permanencia de extranjeros y especialmente de nuestros vecinos haitianos.con el fin de garantizar el mercado laboral en torno a nuestros connacionales.
En los últimos años el tema haitiano se ha utilizado de manera eficiente para concebir resultados electorados amañados, para revertir popularidades de candidatos,para favorecer a sectores de la oligarquía que obtienen grandes beneficios de la tirantez entre ellos y nosotros.debido a que si se establece una relación comercial bajo los esquemas que demandan los tiempos la exclusividad de la que disfrutan los productos comercializados  por esos sectores peligraría. Todo esto,dentro de un mercado que maneja  más de seiscientos millones de dolares se presta para muchas bellaquerías. Tanto en aquel lado como en éste.

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