Húmedo surco despierto
en la espera doliente
semilla perenne al viento;
magro espacio tormentoso
que deja su estirpe a los sentidos;
en el ir y venir delicioso del calar
tus desahogos y desvelos.
Monte abierto al alba;
llorar amargo
ante el festín del suculento rose
Tiritan tus labios al calor de la tregua,
manto de espasmos, tu piel
embriagada de paraíso
nuestras bocas abiertas,
en el alabar constante
del lívido sosiego.
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